Berlín, de la guerra a la paz – World Culture Festival

Si estás planeando ir a Berlín en estos días, te recomiendo que hagas lo posible por estar allí el 2 y 3 de julio, ya que tendrá lugar un acontecimiento que marcará un antes y un después, el World Culture Festival.

Este megaevento que recibirá a más de 70.000 personas de todos los rincones del mundo, es organizado por la Fundación El Arte de Vivir, una ONG humanitaria, educativa y sin fines de lucro, dedicada al manejo del estrés e iniciativas de servicio para el bien común.  Fue fundada en 1981 por Sri Sri Ravi Shankar y actualmente tiene sedes en 151 países. Para guiar a los individuos a la paz interior, ofrece cursos y programas de respiración, meditación y yoga.  Yo mismo hice un par de cursos y debo decir que son altamente recomendables. Gente muy pura, con un estado de conciencia muy elevado. Por eso, te puedo asegurar que esta celebración en Berlín será algo increible.

El WCF honrará las normas y los valores de diversas culturas y celebrará la armonía en la diversidad. Los pabellones Mundiales situados en torno al Olympiastadion exhibirán el patrimonio cultural de los distintos continentes, permitiendo a los participantes vivir experiencias de comidas típicas, danzas, literatura y música de África, Asia Pacifico, Europa y las Américas.

Los pabellones también serán sede de la 5 º Conferencia Internacional de la Mujer, una Conferencia Mundial de la Juventud y la Conferencia sobre cómo vivir los Valores Humanos.

Altos representantes gubernamentales, líderes empresariales, académicos, líderes de organizaciones no gubernamentales, líderes religiosos y espirituales, pacifistas y personalidades de renombre de todo el mundo intercambiarán sus puntos de vista y difundirán el mensaje de paz, unidad y la armonía en la diversidad.

Las danzas más importantes y compañías de música de todo el mundo cautivarán al público con actuaciones deslumbrantes. En la Gran Final se verá un concierto sin precedentes con 30 pianos y 2000 guitarras, así como también una Meditación por la Paz.

Un dato a destacar : en la misma ciudad donde décadas atrás se gestó uno de los planes más perversos que la humanidad ha padecido,  hoy se celebra un festival multitudinario por la paz y la vida ¿No es admirable?

Jai Guru Dev a todos los que tengan la fortuna de participar de este evento 🙂

Surfear en Lahinch (O no morir en el intento)

Cuando confirmé la participación del blogtrip que organizaba la Oficina de Turismo de Irlanda sabía que era para recorrer parte del oeste de este país. Hace mucho tiempo que quería conocerlo por la cantidad de referencias de amigos españoles que han ido allí a estudiar inglés. Hasta aquí todo bien, pero cuando me envían el programa en éste resaltaba lo siguiente: “Visita a Lanhinch, playa para hacer surfing con sus enormes olas…”. Una vez más pensé que el destino me ponía una prueba más para retar mi cierto “respeto” al agua. Tras la experiencia vivida con el Ice Diving en Andorra, decidí que lo haría a pesar del resultado que podría salir de este.

Tras un increíble paseo para conocer los Acantilados de Moher, nos tocó seguir hasta Lahinch, un pueblo ubicado al oeste de Irlanda y muy famoso por sus excelentes olas para hacer Surf. Todas las calles están llenas de tiendas que venden todos los productos necesarios para practicar esta disciplina. La lluvia y el viento eran las protagonistas de esa tarde. Llegamos a la escuela de surf y la instructora nos recomienda no hacer surf porque había pocas olas y así iba a ser un poco complicado aprender. Hicimos caso omiso a la advertencia y ya estando allí decidimos lanzarnos a la aventura.

Tras poco más de 20 minutos intentando embutirnos el traje de neopreno – experiencia no apta para claustrofóbicos – llegó la hora de recibir la clase express o, mejor dicho, las lecciones básicas para no morir ahogado o atropellado por una ola. Entre el enrevesado acento irlandés de la instructora, el frío, el viento y el pensamiento de ¿Pero qué estoy haciendo aquí? Terminó el entrenamiento, la última advertencia decía que la práctica del surf es adictiva y pueda poner el riesgo matrimonios y negocios.

Rubén, uno mis compañeros de viaje, pensó que su experiencia con el surf iba a ser más divertida desde la tercera persona del plural. Y no se equivocó. Gracias a él, logramos tener este pequeño resumen de ese intento por hacer surf en Lahinch. Sin duda es una experiencia única, a pesar de los infructuosos intentos por ponerse de pie sobre la tabla.

Después de ver este vídeo, puedo estar tranquilo que la adicción por el Surf será algo de lo que no sufriré al menos en esta vida 😉

 

Todos los caminos conducen a Nueva York

Hace poco más de un año conocí a Flavio Bastos a través de una amiga en común. Él vive en Lisboa y yo en Barcelona, y aún no hemos tenido la oportunidad de conocernos en persona, pero estamos en constante comunicación sobre mis proyectos y los suyos. Desde hace ya un buen tiempo «anda» literalmente revolucionando unas cuantas ciudades con su proyecto que bien pudiera definirse como «ando»…empezó con Lisboando.com, luego Oportoando.com y recientemente Newyorkando.com. Él insiste con la manía de seguir creando webs informativas de mis ciudades favoritas, el día que toque Barcelona ya le he dicho que terminaré involucrado inevitablemente en su proyecto.

Pero ahora es el turno para Nueva York. Hemos cedido espacio a su editora Andrea H. Madrid para que nos hable de su Nueva York.

—————————————————-

Nueva York es la nueva Roma, todos los caminos conducen a Nueva York. No es que releguemos a la ciudad madre del mundo antiguo, es que Nueva York es la fuente de buena parte de las metáforas contemporáneas. Es el icono y concepto de la ciudad, es Ciudad Gótica pero también Metrópolis, es la Pequeña Odessa y también la Pequeña Italia, es salsa y es rock. Así es esta ciudad, aquí todos caben y hay para todos. ¿Hace falta seguir justificando nuestra pasión?

Nuestras niñeras fueron series y películas que casi siempre ocurren en Nueva York. Aunque Superman, Batman o Don Corleone nunca han visitado nuestras latitudes, sus mitologías nos son tan familiares como Mafalda, Asterix y Obelix o Mortadelo y Filemón. Siempre temimos el primer día en que pondríamos un pie en la gran metrópolis, pensamos que nos íbamos a extraviar entre tanta cita fílmica. Nueva York es como Roma -insistimos- «verla y después morir». Pero fuimos y no morimos, pero nos contagiamos con la NewYorkmanía. Y si pasamos un año sin regresar comienza el síndrome de abstención.

Otra cualidad de esta ciudad es que no es Estados Unidos, es Nueva York, antes era Nueva Amsterdam y mucho más atrás territorio indígena. Quienes conozcan otras ciudades de Norteamérica podrán dar fe de ello. Es que en esta ciudad casi todos vienen de otra parte, como lo dijo John Dos Passos en su Manhattan Transfer. Aquí se hablan casi 100 lenguas distintas, basta pararse en una esquina para escuchar simultáneamente varios idiomas. Y a los hispanoparlantes se nos hace fácil, ya que la segunda lengua de la ciudad es el español.

Esta cultura ecléctica se vuelca en sus comidas, se puede desayunar bagels en un dinner de Brooklyn, almorzar dumplings en el Chinatown y cenar un ceviche bien picante en Queens. También en su oferta de espectáculos. Hay festivales de cine independiente como TriBeCa, pero también las masivas obras de Broadway. Y que se diga de la música, la banda que «lo logra aquí lo logra en cualquier parte», tomando prestada una cita literal de Frank Sinatra.

Nueva York es un puerto, tiene esa cualidad ambigua de gente siempre llegando y partiendo. Es como las ciudades de Calvino o la Dark City de Alex Proyas, eternamente recomponiéndose. Esta sensación de novedad permanente la comparte con otras ciudades puerto que nos fascinan, como Oporto, Barcelona, San Francisco, Hamburgo o Valparaíso. Esta atracción por esta esta Babel cosmopolita debía hallar un curso, sino podíamos reventar. Y así fue como nació Newyorkando, una guía de viaje indie, punk, sin más intermediarios que muchas horas de pelis y libros, nuestros gustos y las recomendaciones de amigos.

Esperamos contagiarles con este virus y start spreadin’ the news, I’m leavin’ today…

————————————————————————————————

Andrea H. Madrid es una amante de la cultura pop. Buena parte de su vida consiste en viajar y crear guías de viaje enriquecidas con referencias pop e históricas para que todos nos sintamos atraídos con los relatos de los lugares que visita. La pasión viajera la combina con su vida como profesora universitaria y como consultora de ideas de +pop, sintetizando academia y cultura pop.

Diez momentos inolvidables en Israel

Hace algunos días que en mi cabeza rondaba la idea de escribir el primer post sobre mi reciente viaje a Israel. A pesar de que estando allá quise compartir mi experiencia a través de unos cuanto mini posts, al volver a España sentí la necesidad de dejar en reposo los recuerdos del viaje y añejarlos por unos cuantos días.

Y es que Israel no es un país sencillo de entender a simple vista. Tanta riqueza histórica y cultural abruma desde un primer instante. Por ello creo que es un país que se torna muy, pero muy distinto de acuerdo al cristal desde el que se mire: político, histórico, cultural, religioso, turistico, humano…Un caleidoscopio de sensaciones que se requiere observar con mucha tolerancia y apertura mental. Como prefacio al recorrido realizado por este país presento un resumen de diez momentos inolvidables, de esos momentos que por la espectacularidad del lugar, la anécdota surgida o personajes que van apareciendo en el trayecto hacen tan especial los viajes:

Mi nombre en hebreo

Foto: @joanplanas

El vuelo desde Madrid a Tel Aviv salió a eso de las 22,30h. Joan Planas, uno de mis compañeros de grupo a quien se le da poco hablar y relacionarse con las personas ;-), hizo buenas migas con un israelí llamado Noam, de carácter muy inquieto y social. Después de un largo viaje por Sudamérica parece que Noam seguía con muchas ganas de hacer amigos de habla española. Joan le contó que éramos un grupo de cinco blogueros que íbamos a Israel para recorrer el país y escribir sobre este a través de blogs y redes sociales. Acto seguido Noam nos preguntó el nombre para traducirlo al hebreo y asignarnos a cada uno un icono. A mi me tocó el sol…¿habrá adivinado mi origen caribeño?

Visita a la frontera libano-israeli

Frontera líbano - israelí

«Que el hombre no necesite muros» fue la plegaria que escribió Joan en un papel para introducirlo en el Muro de las Lamentaciones, como indica la tradición. Quizás ese deseo surgió cuando nos tocó visitar Rosh Hanikra, el punto mediterráneo más norte de Israel. Allí los cascos azules de la ONU vigilan ambos lados de la frontera libano-israelí. Desde la última guerra entre ambos países sucedida en 2006 han permanecido cerradas sin vislumbrarse una próxima apertura. A mi personalmente la espectacularidad del paisaje lo opacan las rejas, alambres y cualquier tipo de protección para separar ambas fronteras. Desde pequeño nunca entendí por qué al ver una mapa siempre tenían que existir líneas divisorias imaginarias, ¿Pero es el mismo trozo de tierra? Siempre me preguntaba. Quizás ahora con menos ingenuidad, pero con más convicción me sigo haciendo la misma pregunta.

Me gustaría volver algún día a Israel y recorrer ambos países sin tener que saltar fronteras, sólo así el paisaje recuperará la espectacularidad que objetivamente tiene, pero subjetivamente se difumida tras unas rejas.

Pantalón roto en el Puerto Antiguo de Acre

Puerto Antiguo de Acre

Sin duda el Puerto Antiguo de Acre fue uno de los lugares que más me impresionó de todo el recorrido. Su increíble fortificación de origen otomano te hacen volar a tiempos remotos y su imponente vista al mar te hacen entender por qué Alejandro Magno quiso que fuera parte de su imperio.

La belleza del lugar fue rota por una anécdota tonta, pero difícil de olvidar. Intentabamos buscar la mejor locación para tener una buena toma del lugar y así Pedro pudiera grabar un pequeño corte de vídeo. Carmen y yo nos retrasamos, pero para adelantarlos decidimos saltar uno de los muros (no muy alto, como de 1,60 mts). Salta Carmen y todo bien. Cuando me toca saltar a mi un estruendoso ruido rompió el ritmo de las olas. Carmen voltea y me pregunta sorprendida: ¿Qué ha sido eso? Me apresuré en aclararle que no era lo que pensaba. En mi caso lo hubiese preferido, pues uno de mis dos pantalones cortos que llevaba en la mochila para el viaje de siete días se había roto por completo en la entrepierna. Y era apenas el segundo día…

Hummus hummus sapiens…

Hummus

Hay dos alimentos que podría comer cinco veces al día y no aburrirme: el yogurt y el hummus. Que Al Israel Airlines ofreciera en su vuelo este manjar era un buen presagio, lo mejor estaba por llegar a Israel cuando en cada rincón del país los platos de hummus que se me atravesaban por el medio desaparecían instantáneamente de mi vista como por arte de hambre. Inolvidable el hummus que probamos en un restaurante llamado precisamente Hummus en las entrañas del Mercado El Carmel de Tel Aviv. Si te pasas por allí lo descubrirás por el color turquesa de su marquesina y la simpatía de sus dueños dispuestos a ponerte hasta arriba de hummus.

Atardecer en Tel Aviv

Tel Aviv

En mi opinión el atractivo más interesante de Tel Aviv es Yafo, una de las ciudades más antiguas del mundo con una historia abrumadora por el que pasaron desde los antiguos egipcios hasta que pasó a formar parte de Tel Aviv para conformar la capital de lo que hoy representa el estado de Israel. Sin embargo, el momento que más disfruté fue admirar un espectacular atardecer en la playa cercana al Herods Hotel, el setentoso hotel en el que nos alojabamos. Fue definitivamente uno de los momentos en el que pude ver en cámara rápida el estilo de vida urbanita de la capital israelí. El sol estaba a punto de esconderse cuando Pedro, Joan y yo decidimos darnos un chapuzón. Me imaginaba el agua fría como la de las playas de Barcelona aún entrado el verano, pero no, al entrar el agua me arropó amablemente y le puso la guinda que le faltaba al momento.

Dormir en un antiguo hospital de Jerusalén

Mount Zion Hotel, Jerusalén.

En Jerusalén nos alojamos en el Hotel Spa Mount Zion. De entrada me pareció un lugar agradable, con unas vistas envidiables hacia la Ciudad Vieja y todos los servicios del que se puede preciar de tener un hotel 4 estrellas. Pero hubo un detalle que ellos no esconden porque forma parte de la historia del edificio, pero que no me hubiese gustado saber: antiguamente, a finales del siglo XIX, el edificio fue un hospital  para tratar enfermedades oculares, durante la Primera Guerral Mundial sus sótanos fueron convertidos en arsenales del ejercito turco y para la Guerra de la Independencia sirvió como posición defensiva israelí. Yo me tomé toda esta información de manera muy literal e imaginé que mientras dormía llegarían enfermeras a abrirme los ojos en plan La naranja mecánica o si de pronto escucharía disparos de algún enfrentamiento. La imaginación en muchas ocasiones puede ser nuestra peor enemiga.

Más allá de eso, los desayunos que ofrecen en el Mount Zion son de los mejores que he probado en hoteles de esta categoría. Seguro que Joan comparte conmigo esta afirmación y no olvida los quiches de champiñones que engullimos a las 6,30 de la mañana, pocas horas después de aterrizar en Israel.

Medianoche frente al Muro de los Lamentos

Muro de los Lamentos

Noam, el mismo chico que escribió nuestros nombres en hebreo, fue nuestro guía estrella por una noche en Jerusalén. Gracias a él pudimos descubrir una mirada muy particular de la capital israelí. A media noche nos llevó a un mirador para poder contemplar la ciudad desde un punto de vista menos turístico y más real. Al percibir nuestra curiosidad por querer saber nos llevó al Muro de los Lamentos pasada la medianoche.

Confieso que los lugares que se consideran sagrados para algunas religiones me transmite mucho respeto, pero también miedo. No suelen gustarme por la carga dramática que les otorga el hombre y que suele ser abrumadores. Esa noche, allí frente al Muro cuando recién terminaba el Sabbat, decenas de judíos ortodoxos se agolpaban sobre un coche que traía dentro a un rabino muy importante que venía a Muro para rezar el Tikun, incluída en el Aleinu, una plegaria que finaliza los servicios religiosos diarios de los judíos ortodoxos.

No podíamos dar crédito a lo que ocurría ante nuestros ojos. En cámara lenta Carmen y yo mírabamos cómo el coche se iba acercando lentamente hasta uno de los lados del Muro. Minutos después todos agolpados frente al Muro realizaban ese movimiento semi hipnótico que les permite concentrarse para realizar su oración. Agobio, angustia, perplejidad, sorpresa…no sé cuántas emociones vinieron en un instante a ese momento. Joan y Juan Carlos aún tuvieron energías para seguir la ruta por la Ciudad Vieja. Carmen y yo volvimos al hotel, ella para escribir una post que necesitaba escribir en ese momento y que recomiendo amplamente leer en su blog.

Paseo en 4×4 por el Desierto de Judea

Desierto de Judea

De todo el recorrido quizás uno de los que más me hacía ilusión era el Desierto de Judea, allí justo al lado del Mar Muerto. Y no me defraudó. Estaba programado un recorrido en 4×4 por parte del desierto y tuvimos la suerte de encontrarnos con un experimentado guía que parecía más sacado de Jamaica que de su Tel Aviv natal. Motor encendido y reaggee a todo volumen la aventura por el Desierto de Judea terminó siendo uno de los momentos favoritos del viaje de todo el grupo.

Flotar en el Mar Muerto

Foto de @joanplanas

Es un clásico cuando se visita el Mar Muerto, pero nunca es igual que te lo cuenten a vivirlo en carne propia. Estar a 420 metros bajo el nivel del mar definitivamente se siente en el cuerpo, pero aún más cuando pruebas la sensación de flotar en este mar cuya concentración de sal hace que nuestro cuerpo salga siempre a flote. Nos faltó la típica foto leyendo una revista, pero el momento sirvió para hacer la introducción del vídeo que pronto publicará Pedro y Joan en Minube.com sobre este gran recorrido por Israel.

Mis compañeros de viaje

Pedro, Joan, Juan Carlos y Carmen...mis compañeros de ruta.

Este viaje fue realmente un premio que me gané en la pasada edición de Fitur en un encuentro de blogueros realizado en el stand de la Oficina de Turismo de Israel. Por temas de trabajo tuve que cambiar a última hora la fecha de mi viaje, con lo cual también cambió el grupo con el que viajaba. Cuando recibo el mail de Dolores para comunicarme que lo haría con los chicos de Minube.com y sus increíbles #Minubetrips, sabía que el buen rollo estaba garantizado. Y no me equivoqué. Siempre he dicho que la experiencia de un viaje tiene que ver mucho con quien lo hagas y en este caso no pudo haber mejor compañía que las ocurrencias de Pedro, la sensibilidad de Carmen, las locuras de Joan y el blackberry con conexión 3G internacional de Juan Carlos 😉

Buenos Aires Express

El mes pasado tuve el agrado de recibir en Buenos Aires a un amigo de la casa, Chris Pomeroy, quien anteriormente nos contó sus vivencias en la Patagonia chilena y su paso por Santiago.

 Crucemos la cordillera de los Andes: es ahora el turno de la Reina del Plata, la ciudad que me vio crecer. Quien mejor que Chris para relatar nuestro breve, pero intenso (¡y divertido!) paseo por la capital porteña. Aquí va:

……………………………………………………………..

 Cuando me invitaron a participar en un foro de marketing turístico en Buenos Aires acepté con muchísimo gusto: porque la invitación venía de amigos, porque el tema del Marktur Forum me interesaba profesionalmente; pero si te soy sincero, sobre todo porque nunca había estado en la capital argentina y le tenía muchas ganas.

Llegué a Buenos Aires en plan “estrella de cine”. Después del vuelo en clase turista necesitaba un masaje de espalda más que de ego, pero la verdad es que te levanta el ánimo cuando te recibe en la puerta de llegadas el chofer impecablemente trajeado en un Mercedes de lujo. Lástima que no tenía delante ningún amigo a quien darle envidia. Le iba a sacar una foto al señor con traje italiano y pelo engominado sujetando el cartel de “Sr. Pomeroy” para mandarlo a los colegas, pero decidí que había que mantener las apariencias.

Alvear Palace Hotel

Una hora más tarde y casi antes de parar del todo la limusina, mi puerta fue abierta por el portero del elegantísimo Hotel Alvear, igualmente impecable. ¿Cómo se puede abrir la puerta de un coche con estilo? Te juro que no lo sé, pero este señor lo hace a la perfección… tanto que casi entiendo porque la gente premia su arte con una propina. Todo en el Alvear rezuma opulencia y elegancia. Sus cinco estrellas y su historia invade todos los sentidos. La puerta giratoria de la entrada mueve el aire como un ventilador que extrae el aire del lobby de oro y mármol, que tiene el olor inconfundible de colonia Hermes y de dinero. El Alvear es un clásico, un hotel de lujo, sin duda, y empezaba a creerme lo de la estrella de cine pero la verdad es que podría haber estado en cualquier “Leading Hotel of the World”. Pero el verdadero lujo para mi me estaba esperando pacientemente el lobby.

Aunque no le conocía de antes, era tan fácil encontrar a Gabriel Greco en el lobby del Hotel Alvear como encontrar una margarita en un ramo de rosas. Era el chico joven que rezumaba frescura natural (no Hermés), sentado twitteando en un sillón estilo Louis XIV. Gabriel es amigo de un amigo y cuando se enteró que iba a visitar la ciudad me había prometido enseñarme “su” Buenos Aires. Eso sí que es un regalo de lujo para un viajero.

Después de pasear por el barrio del hotel (Recoleta), una de las zonas de mayor poder adquisitivo de la ciudad, nuestra primera parada irónicamente ha sido la última de muchos de los argentinos más famosos y acaudalados. En el Siglo XVIII el monasterio de Recoleta se encontraba fuera de los límites de la actual ciudad, en una zona rural. Hoy está en pleno centro y el único campo que queda es el campo santo rodeado de bloques modernos de oficinas y viviendas con una vista exclusiva, aunque algo tétrica. La verdad es que este cementerio tiene más edificaciones que muchos pueblos y según me contó Gabriel aquí hay más especulación inmobiliaria que en el resto de la ciudad. Si hay una cosa más cara que vivir en Recoleta, es estar muerto en Recoleta. En la entrada se nos acercó un representante de la “Fundación Cementerio de Recoleta” y nos preguntó amablemente, (pero con muy poco entusiasmo):  “Welcome. Where are you from?”. “De acá de Buenos Aires”, se apresuró a contestar Gabriel, mi ángel de la guardia. “Ah” dijo decepcionado el tipo de la puerta, con menos amabilidad y menos entusiasmo que antes y nos dejó pasar, vendiéndonos un plano de la barroca necrópolis por una fracción de lo que cobraría a un extranjero.

Cementerio de la Recoleta

Cementerio de la Recoleta

Como anglosajón no me emociona mucho la temática de la muerte; soy más bien de la escuela de “el muerto al hoyo y el vivo al bollo”. Pero tengo que confesar que este lugar, aunque un poco “freaky” es digno de ver y de hecho está lleno de turistas. Aquí “descansan” o por lo menos descansarían (si no fuera por los turistas y morbosos), los restos mortales de políticos, diplomáticos, poetas, escritores y, como no, del reclamo turístico por excelencia, Eva Perón. A pesar del plano que nos había vendido el amigo de la Fundación, Gabriel y yo nos perdimos en los calles y avenidas de esta ciudad y tuvimos que preguntarle a alguien por la tumba de «la Duarte» (otra de las formas de llamarla a Evita, por su apellido de soltera): “1º a la izquierda, 3º a la derecha y busca la gente y los flores”. No sé si las flores que rodeaban la tumba eran por la auténtica Eva que aun hoy sigue siendo un tema polémico de conversación en Buenos Aires, o por la de Madonna y Andrew Lloyd Webber … pero el caso es que me pillé tarareando “Don’t cry for me Argentinaaaaa” y con la imagen de la reina del pop muy viva ayudando a mi cabeza vencer imágenes de tumbas y zombies, decidí que era el mejor momento para salir a buscar los porteños vivos.

Cementerio de la Recoleta

Tumba de Maria Eva Duarte de Perón (Evita)

Pasamos por la Iglesia del Pilar; y entramos brevemente al Centro Cultural Recoleta y paseamos por la terraza del Buenos Aires Design, donde hay varios restaurantes y tiendas de diseño. Entonces tomamos un taxi, no porque seguía con mi rollo de estrella de cine sino porque, como me explicó Gabriel, los taxis de la ciudad son francamente económicos (2€ para un trayecto de 10 minutos). Fuimos a la librería El Ateneo Grand Splendid, que es tan grande y espléndida como su nombre indica y un lugar dónde podrías pasar un día entero. De hecho es lo que muchos hacen,  ya que tiene cafetería sobre lo que alguna vez fue el escenario de este antiguo teatro y salas de lectura en los sitios que antes fueron usados como palcos. Uno puede sentarse tranquilamente a leer los libros sin prisas y sin obligación alguna de comprar. El propio Gabriel lo describe perfectamente en su post

El Ateneo Grand Splendid

Luego tomamos otro taxi por la exageradamente ancha Avenida 9 de Julio. Dicen que es la más ancha del mundo y desde luego lo es mucho más que el largo de varias calles de mi pueblo. Pasamos por el Teatro Colón, que nada tiene que envidiar a los del viejo continente, y mas adelante por el emblemático Obelisco en la intersección con Avenida Corrientes. Según me cuenta mi guía de lujo, “La Avenida Corrientes es una de las principales de Buenos Aires, eje de la vida nocturna y bohemia, con su primer tramo repleto de entidades financieras y bancarias , hasta la peatonal Florida; de ahí en más es centro de entretenimiento, con teatros. Pasando la Avenida Callao toma un perfil netamente comercial.”

Obelisco

Llegamos al Congreso Nacional, un edificio de los que imponen respeto. Con su enorme cúpula, columnas clásicas, estatuas y bandera este monumento casi podría ser para mi “el símbolo” de esta nación si no fuera porque justo dónde me bajé del taxi, en un quiosco de prensa encontré el recordatorio de lo que hasta entonces había sido mi imagen de Argentina…un póster de Mafalda ahí mismo parecía retar la autoridad y poner el inmenso edificio y lo que simboliza en perspectiva.

Congreso de la Nación Argentina

Bordeamos la plaza y a los manifestantes acampados delante del congreso, (siempre hay alguno) , para tomar la Avenida de Mayo. Este es el centro de las relaciones argentino-españolas, con restaurantes, tablaos y entidades.

Gabriel me enseñó su edificio favorito: el Palacio Barolo, con su cúpula inspirada en un templo hindú. La construcción está llena de alegorías a la Divina Comedia (que dan un poco de miedo la verdad…no quisiera vivir en la parte del edificio que corresponde al “infierno”).

Palacio Barolo

Lo que en Madrid llamamos “Metro”, allí es  el «Subte”. Es toda una experiencia que aconsejo a cualquiera, incluso en una ciudad donde un taxi te cueste tan poco. La línea A del subte de Buenos Aires es la primera emplazada en Iberoamérica (1913) y lo increíble es que mantienen algunos de los vagones originales en funcionamiento diario. Panelados en maderas nobles, con  lámparas ornamentales y fijaciones de latón, estos vagones son joyas de la historia del transporte y en las dos paradas que hice me transportaron hasta principios del siglo pasado.

Subte, Linea A

Subte, Linea A

Nos bajamos en la Estacion Piedras y entramos al CafeTortoni, el más antiguo de la ciudad, ya que data de 1858. Aqui tomaron café con tertulia Sabato, Alfonisna Storni, Gardel y Borges, así que no podíamos faltar Gabriel y yo. El local huele a chocolate con churros y leche merengada, pero también a cuero y colonia de hombre ya que en el fondo del local funcionaba una barbería (sigue ahí , pero como museo).

Café Tortoni

Ya de noche, tras el descanso caminamos hasta la Plaza de Mayo. Ahí está la Catedral Metropolitana, que guarda los retos del General San Martin, libertador de Chile, Perú y Argentina (pero le dije a Gabriel que ya había visto suficientes tumbas por hoy…y por el resto de mi estancia en Buenos Aires). En otra esquina de la plaza se encuentra el Cabildo, donde fue la Revolución de mayo de 1810.

En el centro de la Plaza está la Pirámide de Mayo, y alrededor de esta, pintadas de los pañuelos que representan a las Madres de Plaza de Mayo. Todos los jueves, sin importar las condiciones del clima, marchan en torno a ella en señal de protesta por la suerte de sus hijos. Sufren como sólo puede sufrir una madre, con un dolor tan grande que no deja sitio para el odio y aquellos humildes pañuelos dibujados en el suelo parecían tan fuertes y dignos como la imponente y bella Casa Rosada que se encuentra usto enfrente, sede del Poder Ejecutivo Nacional.

Plaza de Mayo

Ya era tarde y tenía que prepararme para salir a cenar, así que Gabriel me acompañó hasta el hotel y se despidió con un abrazo tan auténtico como la ciudad de Buenos Aires que me había enseñado.

Hay ciudades que tienen personalidad propia y Buenos Aires es sin duda una de ellas. Para mi la sensación era como si una mujer madura pero aún hermosa hubiese estado intentando seducirme con la elegancia de sus formas y partes iguales de melancolía romántica y pícara.

De vuelta en el lujo del Alvear no pude resistir poner la TV que estaba encima de los grifos de oro de mi baño. Me dio cierta satisfacción comprobar que el sonido del jacuzzi no me dejaba oír los comentarios del fútbol que había en los cuatro primeros canales que probé. ¡Nada es perfecto…ni para las estrellas de cine!

Viajeros que muestran el mundo a través de sus ojos

Una imagen vale más que mil palabras y ellos lo saben muy bien.  Son viajeros que aman su cámara de video y viceversa, una deliciosa simbiosis de la que salen a flote imágenes que nos hacen volar a destinos insospechados, a lugares que nos recuerdan a un mundo de fantasía.

Son cuatro videoviajeros que han recorrido el mundo para mostrar a través de ópticas intimistas y personales los más insólitos escenarios de la tierra. Los cuatro pasan de los detalles más minúsculos de un destino a la grandeza de impresionantes paisajes urbanos o naturales.

Ke Nguyen

Londinense de 29 años que un día dejó de administrar sitios web de bancos de inversiones para viajar y captar en pocos minutos la esencia de Camboya.

Cambodia from properniceinnit on Vimeo.

Mario Feils
Publicista alemán de 26 años quien descubrió su pasión por mostrar el mundo cuando empezó a hacer vídeos de Chiemgau, al sur de Bavaria en Alemania. Posteriormente realizó un viaje soñado a Escocia que resumió de manera magistral en este vídeo.

a trip to Scotland from Mario Feil on Vimeo.

Joan Jiménez
A Joan lo conozco en persona y puedo dar fe de su pasión artística cuando habla de su trabajo. Catalán de 43 años que trabaja desarrollando campañas de branding online, pero que cada cierto tiempo se escapa por capricho a algún lugar privilegiado que muestra según su propio estado de ánimo. Su vídeo de Tokio es una verdadera joya…después de verlo no me quitarás razón.

Haritz Rodríguez

Vasco de 33 años que dedica su vida a realizar videos a través de su productora llamada Transitoria y su videoblog Tokitan.tv. Hace aproximadamente un año recibí un email de Haritz en el que se ponía en contacto conmigo para intercambiar experiencias viajeras. Desde entonces no dejo de admirar su trabajo: creativo e innovador. De los vídeos que ha realizado podría mostrar muchísimos, pero he aquí un breve resumen de un viaje que realizó por la isla de Malta.

Una opción de alquiler de coche verdaderamente low cost

Recién descubro un nuevo servicio/iniciativa que tiene muy buena pinta. No sólo porque representa una opción económica a la hora de organizar un viaje, sino porque posee una doble ventaja: ecológica y flexible.

Movomovo.com es una red de alquiler de coche entre particulares. A simple vista es un servicio muy sencillo y fácil de usar, pero también en el fondo nos libera de aspectos más complejos. Por un lado están las personas que ofrecen su automóvil para alquilar y por otro las personas interesadas en alquilar uno. Si lo vemos desde el punto de vista meramente comercial la plataforma apela al sistema de trueque que existió muchos siglos atrás, pero no por el intercambio de productos, sino por la eliminación de intermediarios que encarecen enormemente los costes.

Las pocas veces que he tenido oportunidad de alquilar un coche en España, sobre todo con agencias que se autoproclaman Low cost, al final terminas pagando una serie de extras que luego te preguntas dónde está el ahorro.

Con la crisis económica que se cierne actualmente en España y sobre todo cuando no queremos dejar de viajar, esta es una opción realmente válida tanto para quien quiera alquilar un coche como para quien tiene un coche que usa poco y le genera gastos.

Por otro lado, es una opción muy ecológica si tenemos en cuenta que se podría ahorrar en traslados de una ciudad a otra. Por ejemplo, si me quiero ir a Andorra en coche desde Barcelona tendría que recorrer unas tres horas de camino y unos cuantos litros de gasolina. Solución: cojo un autobús hasta Andorra La Vella y al llegar allí alquilo un coche a través de MovoMovo. Me ahorro el alquiler de coche en Barcelona, gasolina – y cansancio – de llegar hasta allí en coche. Práctico y nada complicado.

Lamentablemente de momento creo que es un sistema que podría funcionar muy bien en Europa Occidental. Habrá que ver su evolución y las posibilidades de expansión en otros países. Creo que la clave está en la credibilidad que se genere entre las personas que utilicen la plataforma a partir de sus propias experiencias. El tiempo lo dirá…

El primer encuentro con la naturaleza brutal de la Patagonia Chilena


Tras la crónica de Chris de su recorrido por Santiago de Chile, ahora nos sorprende con su descripción sobre la Patagonia chilena. 

¡Seguimos recorriendo los paisajes más exóticos del Sur de América!

————————————————————–

La cortés y cálida bienvenida que nos brindó Carlos, el chofer del Hotel Remota (Puerto Natales) dentro del minúsculo aeropuerto de Punta Arenas, contrasta con el bofetón de viento y lluvia con el que nos recibió la Patagonia al salir al parking. Me habían avisado que en la zona más austral de Chile se puede vivir las cuatro estaciones en  un solo día. Pensé que era un tópico pero ahora doy fe… y parece que yo había llegado en pleno invierno del miércoles.

A los pocos minutos de salir del aeropuerto, Carlos se desvió del camino para invitarnos a dar un paseo por una playa desde la que podríamos contemplar las gélidas aguas del estrecho de Magallanes que, hasta la construcción del canal de Panamá, fue el único paso marítimo posible entre Atlántico y Pacífico (muy transitado por los buscadores de oro de California). La franja de tierra que teníamos enfrente es la isla de Tierra de Fuego, llamado así porque la población indígena tenía poca ropa para abrigarse del mismo viento que me estaban perforando mi abrigo de Goretex, y preferían calentarse con hogueras. Los marineros españoles que acompañaron a Fernando de Magallanes en su viaje por el estrecho vieron las hogueras y bautizaron la isla con su apellido.

La cantidad de conchas de mejillón que encontré en la playa me recordaron por un instante al suelo de un bar en el casco antiguo de Alicante pero sobre todo me recordaron que había salido de mi hotel de Santiago a las seis de la madrugada y tenía hambre.  Cuando volví al calor del bus el muy atento Carlos me había leído los pensamientos o se había adelantado a mis necesidades (cosa que haría muchas veces en los próximos días), y nos tenía preparado una merienda de riquísimos bocadillos y madalenas caseras. Ya sé que hay gente para todo pero creo sinceramente que el aviso “playa no apta para baño” sobra.

Según progresábamos por la Ruta 9 hacía Puerto Natales me quedé embobado mirando como la inmensa “pampa” cambiaba de color por los caprichos del viento que hacia pasar las nubes delante del sol como un carrusel de diapositivas. Algunas nubes descargaron lluvia en el horizonte añadiendo un arco iris como broche final de esta obra de arte enmarcado en el parabrisas del bus. De repente, una fila de extrañas formas sobre palos de acero aparecen en el horizonte. “Un monumento al viento”  me dice Carlos, anticipándose a mi pregunta. Salí del microbús para hacer una foto, bueno mejor dicho me caí del bus porque el homenajeado viento casi arrancó la puerta y con ella mi brazo. Es testimonio de la capacidad del ser humano de adaptarse a su entorno y de ver el vaso medio lleno cuando si lo único que hay en un páramo a todas luces hostil es el viento y van y ponen un monumento a la cosa que les está amargando la existencia. El caso es que esta obra tan singular como inesperada rompe la monotonía del horizonte con mucho estilo y arte.

Poco después del monumento al viento, la pampa empezaba a ondularse como una enorme y mullida alfombra con el que se ha tropezado un gigante. El paisaje empieza a cambiar a medida que nos acercamos a Puerto Natales, a 250 kilómetros al norte de Punta Arenas.

Si era invierno cuando salimos de Punta Arenas, la primavera y verano debieron de haber pasado mientras me echaba una cabezadita porque cuando llegamos a la oscura silueta del Hotel Remota el tiempo era cuanto menos otoñal.

Una vez más, el frío del clima contrastaba con la hospitalidad y calidez humana del equipo del hotel que salieron a nuestro encuentro antes que Carlos tuviera tiempo de poner el freno de mano.

He tenido ocasión de alojarme en unos cuantos hoteles en mi vida, algunos de mucho lujo, estrellas y fama pero el servicio que he disfrutado en el Remota consiguió sorprenderme.  Se ha conseguido un equilibrio perfecto entre la deferencia exigida en un producto de lujo (con precios de lujo) y la relajación y liberación de formalidades necesarias para comprender y disfrutar de la naturaleza de este lugar tan especial. En un sin fin de detalles es evidente que todo el hotel está pensado para que el visitante disfrute con todos los sentidos. Detalles como que la estructura portante de edificio, en forma de columnas de hormigón estén separadas de las paredes y ventanales para que el edificio pueda moverse con el viento y dar al visitante la sensación de estar en una gigantesca tienda de campaña (¡Créanme se mueven de verdad!). El único hilo musical del hotel es el que pone la madre naturaleza desde fuera, lluvia o granizo contra cristales, el viento o el canto de las aves. No hay televisión, ni falta les hace porque por cada una de sus ventanales se puede ver un documental de naturaleza en vivo y directo.

Comer la sopa de centollo me resulto algo complicado, no porque no fuera deliciosa, sino  porque no podía quitar los ojos ni cerrar la boca de la siempre cambiante vista del fiordo que tenía enfrente. Justo cuando terminábamos de comer se presentó Javier, que iba a ser nuestro guía particular durante la estancia. El Remota, ha emulado la innovadora fórmula “todo incluido” de los hoteles Explora y el cliente puede elegir cada tarde, aconsejado por su guía personal y por el hombre del tiempo, qué actividad quiere hacer el día siguiente: senderismo, kayak, paseos a caballo, bicicleta de montaña, etc.

Los guías saben todo sobre la historia, flora y fauna pero han sido entrenados para ser discretos y sensibles a las necesidades de sus clientes acompañando en silencio si así lo prefiere el cliente. Este no fue nuestro caso; hacer senderismo con Javier era como ir de paseo con la Wikipedia y disfruté como un niño haciendo preguntas simplemente por comprobar que tienen respuesta. En este primer encuentro acordamos que quedaban pocas horas de luz y  lo mejor sería una vuelta rápida por Puerto Natales y descansar para la caminata de cinco horas del día siguiente.

Esa noche me quedé dormido con una sensación de paz y bienestar que – aunque no niego que pueda haber influido el excelente tinto chileno de la cena – creo sinceramente se debió a la sensación de estar lejos, muy lejos de mis preocupaciones cotidianas y cerca, muy cerca de la naturaleza. Soñé con los paisajes espectaculares que iba a ver al día siguiente, sin saber que la realidad del Parque Nacional Torres del Paine iba a superar mis sueños.