Entras a la web de una aerolínea low cost para comprar un billete. eliges la mejor tarifa. Ves que te ahorras 20€ si no facturas la maleta. Piensas que el viaje será sólo un fin de semana, así que optas por no pagar la facturación y llevar sólo equipaje de mano. ¿Qué pasa cuando esta misma decisión lógica la toman las 150 personas que viajarán contigo? ¡Caos total a la hora de abordar la cabina!
Este fin de semana estuve en Bélgica haciendo un viaje relámpago. Me compré un billete por la aerolínea Vueling y, por supuesto, no pagué los 20€ por facturación. Decidí llevar mi bolso como equipaje de mano. En el vuelo de regreso a Barcelona ocurrió la catastrofe: los 150 ó 160 pasajeros que venían conmigo no habían facturado sus maletas. El proceso para abordar el avión se convirtió en un suplicio porque todos buscabamos espacio en el que meter las maletas, los abrigos, bolsas, etc.
Unos tuvieron que ingeniárselas para poder apurruñar la maleta debajo del asiento delantero, a otros no les quedaba más remedio que enviar la maleta a la bodega y otros, más molestos aún, renunciaban a tener que dejar su equipaje guardado en un espacio que sobraba en la otra punta del avión y exigían cambiar de asiento. En resumen, el ambiente era caos generalizado. Muchos viajeros cabreados y la tripulación al borde de un ataque de nervios. Sinceramente ellos hacían lo que podían y no tenían más opción que apañarselas e inventarse espacios en dónde no existía. Una de las azafatas estuvo a punto de echarse a llorar al ver cómo daba la sensación de que habían más maletas que pasajeros.
Este hecho pudiera bautizarse como el fenómeno del «equipaje low cost». Nadie quiere pagar por algo que antes estaba incluido en el precio del billete y las aerolíneas, bajo el concepto por el que se rigen – bajos precios por un servicio básico y el cobro por servicios adicionales-, quieren rentabilizar al máximo cada uno de sus vuelos. Pero, ¿Qué pasa cuándo surgen este tipo de fenómenos consecuencia de las políticas de cobro de equipaje? Pues se ponen en juego la calidad del servicio, el confort e, incluso, la seguridad del vuelo (en algún momento ví cómo un tripulante de cabina intentaba guardar un abrigo en un espacio reservado para máscaras y bombonas de oxígeno en la parte trasera del avión).
Mientras las aerolíneas se dan cuenta de los fenómenos que pueden surgir a partir de sus políticas de cobro de servicios adicionales (sin preveer las consecuencias), la única recomendación que te puedo dar es que cuando decidas llevar tu maleta como equipaje de mano y sepas que posiblemente el vuelo vaya a estar completo, lo mejor será ponerte de primero en la cola para abordar el avión y asegurarte un puesto para tu maleta. Claro está si aún no te cobran por ello (Easyjet cobra por abordar primero). Ójala un día no nos toque luchar también por un puesto para nosotros y poder viajar sentado 😉
Este post representa no sólo la voz de los más de 150 pasajeros que viajábamos en este vuelo y no paraban de quejarse – con razón – durante todo el vuelo, sino también de todos los viajeros que utilizamos este tipo de servicios y no estamos nada satisfecho con ellos.
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